Silvio Rodríguez

Silvio Rodríguez Domínguez es un reconocido cantautor, poeta y guitarrista cubano nacido el 29 de noviembre de 1946 en San Antonio de los Baños, La Habana, Cuba. Es considerado una de las figuras más influyentes de la música popular en América Latina.

Nacido en el seno de una familia humilde (su padre era campesino y su madre peluquera), en 1951 se trasladó con su familia a La Habana, donde empezaría a tocar el piano. En 1963 compuso sus primeras canciones, y cuatro años más tarde participó en el programa televisivo “Música y Estrellas”.

En 1959, estalla la revolución liderada por Fidel Castro que derrocó la dictadura de Batista y Silvio se alistó en las Juventudes Socialistas.

Siendo aún adolescente, se internó en Escambray, una región montañosa de Cuba, como voluntario en el programa de alfabetización que adelantó el régimen comunista de Fidel. Allí enseñó diversas materias como: gramática, historia, matemáticas, entre otras.

Dentro de las enseñanzas también incluía explicaciones (políticas) sobre la Reforma Agraria. A los 16 años regresa a La Habana y en 1962 comienza a escribir para la revista comunista Mella donde conoció a los escritores Luis Rogelio Nogueras y Víctor Casaus.

A los 17 años, entró al Servicio Militar Obligatorio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, allí, más que entrenarse en el arte de la guerra, aprendió a tocar guitarra con Esteban Baños, compañero del ejército.

Entre 1964 y 1965, compuso en el campo militar sus primeras canciones todas dedicadas al amor. Al tiempo que prestaba servicio militar trabajó como dibujante de la “Revista Venceremos”, en su sección política.

Entre noviembre de 1967 y mediados de 1968, trabajó como conductor del programa de televisión Mientras tanto, transmitido los sábados por la noche y llamado así por su canción homónima. El programa reunía a artistas plásticos, escritores, cineastas y músicos consagrados e incipientes. Por este programa pasaron Bola de Nieve, Omara Portuondo y Elena Burke, entre otros, y además le permitió conocer a Pablo Milanés y Noel Nicola. El programa finalizaba con su canción «Y nada más», que aparecería en su álbum Mujeres de 1978.

El propio Silvio afirma que siempre ha sentido un cierto pánico hacia las luces y las cámaras. Sin embargo, a pesar de su notorio nerviosismo como conductor televisivo, su programa consiguió una notable recepción por parte del público.

Paralelamente, por estos años, Rodríguez comenzó a dar sus primeros recitales en solitario y como telonero del músico y compositor cubano César Portillo de la Luz.​ A mediados de 1968, participó en el Festival de la Canción Protesta, festival internacional organizado por la Casa de las Américas (fundada y dirigida por Haydée Santamaría), donde coincidió nuevamente con Milanés y Nicola.

Este tipo de festivales musicales, en los cuales primaba la guitarra y la voz, se venían desarrollando desde principios de la década de 1960. A este fenómeno se sumó la creación en 1966 de La Casa de la Trova, entidad fundada en Santiago de Cuba y posteriormente en Camagüey, Las Tunas, Pinar del Río y La Habana, organizando así a los cantautores que gestarían la llamada Nueva Trova, de la cual Silvio Rodríguez sería uno de sus fundadores.

En abril de 1969, por iniciativa de Haydée Santamaría y Alfredo Guevara, el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) fundó el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (GESI) que, dirigido por Leo Brouwer, funcionaba a manera de taller de aprendizaje para el desarrollo de bandas sonoras y conciertos, fusionando la música pop y la electrónica con la música tradicional cubana y la incipiente Nueva Trova.

Además de Rodríguez, Milanés y Nicola, el grupo estuvo también conformado por Sara González, Emiliano Salvador, Sergio Vitier, Eduardo Ramos, Norberto Carrillo, Carlos Averof, Leoginaldo Pimentel, Pablo Menéndez y Ana Besa, así como por los más experimentados Leonardo Acosta y Lucas de la Guardia. Las clases eran impartidas por Federico Smith, Juan Elósegui y el mismo Leo Brouwer.

Además de Rodríguez, Milanés y Nicola, el grupo estuvo también conformado por Sara González, Emiliano Salvador, Sergio Vitier, Eduardo Ramos, Norberto Carrillo, Carlos Averof, Leoginaldo Pimentel, Pablo Menéndez y Ana Besa, así como por los más experimentados Leonardo Acosta y Lucas de la Guardia. Las clases eran impartidas por Federico Smith, Juan Elósegui y el mismo Leo Brouwer.

Según algunas referencias, el grupo funcionó hasta 1976, a pesar de que, según recuerda Silvio, lo hizo solo hasta 1974. En cualquier caso, dejó un prolífero legado musical para el cine cubano.

Todavía en 1969, y como sucesos paralelos a la actividad del Grupo de Experimentación Sonora, Silvio Rodríguez fue despedido por el Gobierno de su programa de televisión “Mientras tanto”, debido a unas declaraciones suyas relacionadas con la música de la agrupación inglesa The Beatles, cuyos integrantes por entonces estaban en Estados Unidos.

Con su trabajo musical obstaculizado, decidió embarcarse en un viaje por mares extranjeros, idea que ya había conversado unos meses atrás con Alberto Rodríguez Arufe, secretario de Cultura, Deportes y Recreación de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Zarpó desde La Habana en el barco arrastrero Playa Girón​ el 26 de septiembre de 1969, con otros cien hombres de edad promedio veinte años, miembros novatos de la Flota Cubana de Pesca, con rumbo inicial a la Isla de Terranova, de aguas frías y abundantes en bacalao. Sin embargo, el destino cambió antes de la partida, hacia las islas de Cabo Verde y la senegalesa ciudad de Dakar, en África Occidental.

La travesía duró ciento veinticinco días. Francisco León, un amigo de Rodríguez del ICAIC que había vivido en Francia, le regaló antes del viaje una pequeña grabadora Philips junto con tres casetes de noventa minutos, gracias a los cuales el cantautor pudo grabar las sesenta y dos canciones que se le ocurrieron en la nave, de las cuales solo catorce acabaron editadas, y solo siete tenían que ver con su vida a bordo del Playa Girón, así como del regreso en la nave Océano Pacífico.

Ya de regreso en La Habana, y con veinticuatro años de edad, Silvio retomó su trabajo musical con el Grupo de Experimentación Sonora. En febrero de 1970 realizó además presentaciones en la Sala Hubert de Blanck, y meses después participó regularmente en el programa radial “Lunes Culturales de los Trovadores”.

En febrero de 1972 dio su primer concierto en el extranjero, junto con Eduardo Ramos y Augusto Blanca, A su regreso a Cuba nació Violeta, su primera hija. En septiembre de 1972 volvió a partir al extranjero, esta vez a Chile, acompañado por sus amigos Pablo Milanés y Noel Nicola.

En 1974, Silvio comenzó a grabar en el estudio de grabación de la Orquesta EGREM lo que sería su primer álbum oficial, que se lanzaría en 1975 bajo el nombre de Días y flores. Fue producido por el pianista y compositor Frank Fernández y dedicado a su hija Violeta.

En 1976, se alistó como combatiente en las brigadas internacionalistas cubanas para participar en la Guerra Civil Angoleña, en medio de la invasión del apartheid sudafricano en Angola. Rodríguez estuvo en dos ocasiones en el frente de combate, colaborando como músico para las tropas cubanas y angoleñas.

En 1977 publicó un su primer álbum recopilatorio, compuesto por diez canciones grabadas a principio de los años 1970 con el GESI y en distintos EP, denominado Cuando digo futuro. La canción que da el nombre al disco fue versionada con arreglos más modernos en 1986, para el álbum Causas y azares. Además aparecen versiones de temas que serían publicados en su siguiente álbum oficial.

En Madrid, en una España ya sin dictadura, grabó su segundo disco oficial, Al final de este viaje, en dos sesiones de trabajo y acompañado solo por instrumentos acústicos. Este álbum se lanzó en 1978 e incluye algunas de sus primeras canciones, como «Ojalá», «La era está pariendo un corazón» y «Canción del elegido».

También en 1978 aparece Antología, su segundo disco recopilatorio, donde aparecen los temas «Mariposas», retomado para el álbum homónimo de 1999; «El papalote», publicado en su álbum Érase que se era, y «El rey de las flores» grabado por la cantante Soledad Bravo en su álbum Canciones de la nueva trova cubana.

Su siguiente disco, Mujeres, apareció a fines de ese año, y también está grabado solo con su guitarra, aunque con una técnica más depurada. Este álbum, dedicado a la mujer en general, es uno de los favoritos del cantautor por su fuerte carga nostálgica. A este trabajo pertenecen los temas «Qué hago ahora», «Y nada más» y «A dónde van».

En 1980 se lanzó Rabo de nube, su cuarta placa oficial, dedicada al vigésimo aniversario de la Revolución cubana, y con la participación de su amigo, el músico Frank Fernández, así como de su hermana Anabell López en el tema «Te amaré», y de Tita Parra, hija de Isabel Parra, en «Testamento».​ Ese mismo año realizó una exitosa gira por Estados Unidos junto a Pablo Milanés, país al que no regresaría sino hasta treinta años después.

En 1982, a dos años de Rabo de nube, apareció su quinto álbum oficial, Unicornio, que incluye su famoso tema homónimo, y donde está acompañado, a diferencia de en sus álbumes anteriores, por una orquesta en la cual destacan los instrumentos de cuerda. Es a través de este disco, que incluye «Canción urgente para Nicaragua», en homenaje a la Revolución Sandinista, que Silvio Rodríguez adquirió notoriedad internacional, en especial en los países de habla hispana.​

Al año siguiente, colaboró en el álbum de Luis Eduardo Aute Entre amigos, cantando en la canción «Dentro». Un año después, en 1984, visitó por primera vez Argentina junto a Pablo Milanés, en el contexto de la recién acabada dictadura que vivió dicho país entre 1976 y 1983. De dicho concierto surgió el álbum En vivo en Argentina, donde colaboraron los músicos argentinos Víctor Heredia, Cuarteto Zupay, Piero, León Gieco, Antonio Tarragó Ros y César Isella.​

Ese mismo año lanzó el álbum triple Tríptico, originalmente como tres volúmenes independientes, pero que más tarde se comercializarían también juntos. En este disco colaboraron, entre otros, su hermana Anabell López, Pancho Amat, Frank Fernández, el Grupo Manguaré y Pablo Milanés junto a su banda. El disco está dedicado al vigésimo quinto aniversario de la Revolución Cubana.

En 1985 colaboró en el álbum Querido Pablo de Milanés, y comenzó una gira con la Orquesta Afrocuba dirigida por Oriente López, conformada por poco más de una decena de músicos. A fines de ese año tocaron en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, en España. Al año siguiente, Silvio y Afrocuba grabaron en Madrid el séptimo álbum de Rodríguez, el disco doble Causas y azares, dedicado al poeta cubano Luis Rogelio Nogueras.​

En 1987 lanza en Cuba junto al cantautor puertorriqueño Roy Brown y Afrocuba el álbum Árboles, incluyendo dos temas de su autoría. El álbum sería más tarde en 1996 relanzado en España como disco compacto.

No será hasta 1988 en que aparecería su nuevo disco oficial, también doble: ¡Oh, melancolía!, grabado nuevamente en compañía de Afrocuba y grabado en Londres y La Habana. Su tema «Yo soy de donde hay un río» fue escogida para la banda sonora de una película española del mismo nombre.

Desde 1989 comenzó a colaborar con varios artistas emergentes, tales como los españoles Taller Canario y algunos músicos de la llamada “Novísima Trova Cubana”, como es el caso de su compatriota Carlos Varela.

En 1990 partió a una nueva gira, esta vez con el grupo Irakere y el pianista Chucho Valdés. Tras el término de la dictadura en Chile, realizaron en este país un concierto en el Estadio Nacional de Santiago, ante ochenta mil personas, del cual saldría el primer álbum en directo que sería considerado como oficial en su discografía, un álbum triple titulado Silvio Rodríguez en Chile, que incluye canciones inéditas tales como «Venga la esperanza» o «El hombre extraño», dedicada a Víctor Jara.

Durante 1992 realizó una nueva gira con Diákara, agrupando músicos tanto de Afrocuba como Irakere, en lo que sería su preparación para su serie de álbumes de la nueva década, que destacarían por una importante mejora en su calidad de grabación.

En 1992 apareció su noveno álbum de estudio, Silvio, como primera parte de la trilogía que se completaría con Rodríguez (1994) y Domínguez (1996) y que se extendería a una tetralogía con Descartes (1998), disco que incluiría aquellos temas que se descartaron para los tres anteriores. Rodríguez está dedicado a su padre Dagoberto Rodríguez, fallecido ese mismo año (1923-1994), mientras que Domínguez está dedicado a su madre Argelia Domínguez. Descartes, por su parte, está dedicado para ambos.59​

Esta trilogía estaba pensada para regresar al sonido acústico sin el uso de orquestas, y destaca por su buena calidad de sonido. Finalmente incluiría casi exclusivamente el uso de guitarra, con algunos acompañamientos de percusión y elementos eléctricos en Domínguez, en el que participaron su madre Argelia, cantando «El viento eres tú», y su hermana Anabell López, en «Si seco un llanto». En el cuadernillo de los discos, Silvio explica el origen de algunas de sus canciones. El tema «Debo» de Rodríguez sería el tema principal de la película argentina de 1995 “Fotos del alma”, del director Diego Musiak.

Entre los dos primeros discos de la trilogía, grabó además con Luis Eduardo Aute en 1993 en España el álbum en directo “Mano a mano”.

Acabada la tetralogía, en 1993 asumió su primer cargo político, como diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, cargo que ocuparía durante quince años.

Un año después, editó junto con el guitarrista Rey Guerra el disco “Mariposas”, con la colaboración de la compañera de Silvio, la flautista y clarinetista Niurka González, tocando la flauta en dos temas.​ Lamentablemente este álbum no alcanzó el impacto de los anteriores.

Ya pronto al cambio de milenio, fue elegido en Cuba junto a Ernesto Lecuona como el mejor compositor cubano del siglo XX. Además, junto a Joan Manuel Serrat, recibió el premio al mejor cantautor hispanoamericano de la segunda mitad de siglo.

Ya en el nuevo siglo participó del documental Van Van, empezó la fiesta (2001). Aprovechando un período sin giras musicales, Rodríguez retomó su discografía en 2002, con el álbum orquestado “Expedición”, donde participaron miembros de la Orquesta Nacional de Cuba y estudiantes de música, además de otros artistas tales como su hermana Anabell, su pareja Niurka, Pancho Amat, Yanela Lojos y algunos miembros de Diákara.

Un año después lanzó “Cita con ángeles”, dedicado a sus hijos y a su primer nieto, Diego, e incluye temas que hacen alusión a la situación actual del mundo, como una canción dedicada a la Guerra de Irak, y la misma «Cita con ángeles» que da nombre al disco. En dicha canción se enumeran diversos acontecimientos trágicos ocurridos a lo largo de la historia, como la muerte en la hoguera de Giordano Bruno, los asesinatos de Federico García Lorca, Martin Luther King y John Lennon o la efeméride del 11 de septiembre en homenaje a Salvador Allende​ y el atentado de las Torres Gemelas en Nueva York.

En 2006 editó “Érase que se era”, álbum doble con temas compuestos entre los años 1968 y 1970, en su mayoría inéditos hasta el momento. En él colaboraron una vez más Pancho Amat y Niurka González, entre otros artistas. La obra termina con un video de la canción Epistolario del subdesarrollo, donde muestra y se lamenta de la realidad social de Cuba en la actualidad.

El 20 de septiembre de 2009 se realizó el concierto gratuito “Paz sin fronteras” organizado por el cantante colombiano Juanes y el gran amigo de Silvio: Amaury Pérez, realizado en la Plaza de la Revolución, en La Habana, Cuba. Allí participó Silvio Rodríguez junto con otros artistas como Luis Eduardo Aute, Olga Tañón, Víctor Manuel, Danny Rivera y Miguel Bosé, entre otros grandes interpretes latinoamericanos, calculándose un público total de más de un millón de asistentes!

Durante 2010, el 1 de julio participó en la inauguración del “III Congreso Iberoamericano de Cultura en Medellín”, Colombia, ante unos cinco mil asistentes. Meses después, el 24 de noviembre fue galardonado junto al escritor venezolano Luis Britto García con la cuarta entrega de los Premios ALBA.6 Ese mismo año, además, recibió su segunda distinción de doctor Honoris Causa, por parte de la Universidad Veracruzana de México,​ a la que se sumaría un año después la otorgada por la Universidad Nacional de Córdoba, en una gira realizada por Argentina y Uruguay, nuevamente acompañado por Trío Trovarroco y Niurka González, promocionando su disco “Segunda cita”.

Sería en Buenos Aires, en un concierto de casi tres horas ininterrumpidas de duración, interpretó el tema «Todavía cantamos» acompañado por su compositor, Víctor Heredia, en respaldo de las Abuelas de Plaza de Mayo, y también dedicó un momento a cinco cubanos presos en los Estados Unidos durante más de trece años y acusados de espionaje.

El 25 de octubre de 2014 realizó un multitudinario concierto en el Estadio de béisbol de la ciudad de Baní, República Dominicana, junto a la cantante dominicana Maridalia Hernández, en ocasión del 250.º aniversario de la fundación de dicha ciudad.

En 2015, en el marco de la VII Cumbre de las Américas en la ciudad de Panamá, ofreció un concierto gratuito al aire libre en los terrenos de la Universidad de Panamá.​ En mayo de 2016, volvió a realizar otro concierto gratuito, esta vez a beneficio de los damnificados en el terremoto de Ecuador, en Villa de Vallecas, Madrid, junto a los cantautores españoles Ismael Serrano y Luis Eduardo Aute.

En la actualidad Silvio continúa su labor como autor y líder cultural de su amada Cuba.